Como cada invierno llegaron picaflores
Hermosos alegres llenos de colores
El néctar de sus flores sus cuerpos alimentan
Los niños con sus juegos mis ojos deleitan
Por cuarentena encerrada, por la peste atormentada
Por el sufrimiento de mi pueblo mi alma desolada
Mi jardín florido cuidé con esmero
Azucenas, jazmines, rosas, limoneros
Ojos expectantes como dos luceros
Desde mi ventana picaflores espero
Quien picaflores desea ver llegar
Con amor y cuidado abutilón ha de plantar
Su invierno sombrío podrán colorear
Con la primavera los verá emigrar
Otro año paciente habrá que esperar.
La madre que un día tuve
Una mañana me visitó
En el cuerpo de un picaflor
Que a mi ventana llegó
Fueron solo segundos
Que a mis ojos miró
Fueron solo segundos
Pero mi corazón calmó
Mi alma cansada que un siglo de dolor arrastra
Lágrimas de sangre ya seca derramada
Oscurantismo sepulcral que mi cuerpo devasta
Pero en tan solo segundos
Alitas veloces que con gracia vuelan
Criaturas mágicas que al cielo se elevan
Sublime belleza contemplar espero
Un jardín, un niño, una flor, un limonero.
Avecitas locas de volar ligero
En mi ventana soleada picaflores espero
Cantar sonoro, cantar de los cielos
Rayitos de luz, piel de terciopelo
Dónde vi tanta belleza?
En la risa loca de mi amor primero
Maravillosa juventud ya ida
Tesoro de mil reyes que sin saber perdí
Manto de nácar que mi rostro cubrió
Sin piedad el tiempo mi manto rayó
Líneas de la vida en mi rostro quedaron
Ausencias y llantos a fuego las marcaron
Poco es lo que queda de aquella piel lozana
En el ocaso de mis años solo me queda esta ventana
Caminar cansado, rostro lastimero
Desde mi ventana picaflores espero.
Copyright© Clemencia Ríos